Aprobación de estados financieros: Una cuestión de escalabilidad.

Han sido muchas las hazañas vistas en el mundo de los negocios donde muchos emprendedores desde un garaje, el dormitorio de la Universidad o un cobertizo, han creado emprendimientos que terminarían convirtiéndose en imperios o empresas líderes en sus ramos, teniendo en común su escalabilidad y la captación de inversión mediante diversas rondas como capital semilla, serie A, early stage, growth stage u oferta inicial pública (IPO por sus siglas en inglés), en ejemplos como Airbnb, Uber o Facebook.

Como emprendedor, y sobre todo como un emprendedor con una empresa constituida (sociedad mercantil), resulta importante tener en el radar cada año al término de un ejercicio social (más tarde abundaremos en esta definición), aprobar los estados financieros de la empresa, por estar en la ley o porque facilitaría la recepción de nuevas rondas de inversión. Cuando buscas nuevos inversionistas o una nueva ronda de inversión, es normal que los prospectos de inversores quieran revisar los números de tu negocio, la tracción, ventas, utilidades, entre otros temas, y recibir un sí o una nueva oferta de inversión suele ser un momento llamado “felicidad” (citando la película, claro), tanto para los emprendedores como para inversionistas de rondas previas.

Pero como inversionista o emprendedor ¿te has puesto a pensar que tener unas finanzas sanas va más allá de hacer tu declaración anual de impuestos? Aprobar anualmente los estados financieros de la empresa da certidumbre legal a quienes forman parte de la empresa, a quienes quieren entrar, o bien, a quienes quieren salir de la sociedad mercantil. Conforme a la Ley General de Sociedades Mercantiles en su Art. 172, establece que el órgano de administración de la empresa, sea unipersonal mediante un Administrador General Único o colegiado mediante un Consejo de Administración, debe presentar ante la Asamblea General de Accionistas un informe sobre la marcha de la empresa, mismo que debe contener (en resumidas cuentas):

·         Un informe sobre la marcha de la sociedad, con políticas y proyectos seguidos.

·         Políticas y criterios contables usados al momento de presentar estados financieros.

·         4 estados financieros, cada uno que muestre la situación financiera de la empresa al cierre del ejercicio social, estado de resultados, cambios en la situación financiera y cambios en la partida del patrimonio de la empresa.

·         Anotaciones sobre los estados financieros.

Aunado a lo anterior, muchos suelen olvidar que los informes y/o estados financieros  anteriores deben ir acompañados de un informe del Comisario de la empresa sobre la veracidad, razonabilidad y suficiencia de la información financiera presentada por el órgano de administración de la sociedad.

No aprobar de forma anual los estados financieros puede acarrear la remoción de quien encabeza la administración de la empresa, llámese Director General, Administrador General o Presidente del Consejo de Administración, poniendo al emprendedor o emprendedora en una situación complicada o dándole a su descendencia una historia de destitución (como la vivida por Steve Jobs en los años 80ˋs) que contar.

Aprobar los estados financieros al término del ejercicio social (desde la fecha de constitución de la empresa hasta el 31 de diciembre de ese año o del 1ero de enero al 31 de diciembre del año correspondiente) se realiza con apoyo de personal en contabilidad que prepare los estados financieros y un abogado que pueda preparar la convocatoria con la anticipación legal o estatutaria necesaria, y auxilie en el desarrollo y redacción de una Asamblea General Ordinaria de Accionistas, lo anterior conforme al Art. 181 de la Ley General de Sociedades Mercantiles, una que podría no generarte un costo adicional de tener que protocolizar ante un fedatario público al ser una asamblea general de carácter ordinaria conforme al Código de Comercio. 

¡Susto que da gusto! Puede que te genere leer lo anterior, sobre todo si te encuentras con un negocio con años de operación sin que se hayan aprobado los estados financieros de la empresa. No es tarde para hacerlo, pues la asamblea ordinaria la puedes celebrar en cualquier momento del año (no necesariamente los primeros 4 meses del año).

Ahora lo sabes.